Sencillos consejos para tu primera carrera.
Consejos claves para runners que principian a correr
1. No te
lesiones
Lo mejor para progresar es entrenar, salir 3-4
veces por semana y variar los entrenamientos. Pero eso sólo es posible si no te
lesionas. Caer en el agujero de las lesiones es fácil si no tienes
cuidado. Fortalece todo el cuerpo desde el día uno, descansa, no entrenes
a tope siempre, haz ejercicios de técnica de carrera y lleva un calzado
adecuado. ¡Lo agradecerás!
Pero si de verdad quieres aprender a correr sin lesionarte y conseguir todos
los resultados que te propongas, la mejor opción siempre es contar con un
entrenador personal que te asesore y te guíe en tus entrenamientos.
2. Márcate
objetivos, pero que sean realistas
Uno de los objetivos de moda hoy en día es «voy a
correr un maratón». Una meta que muchos se plantean desde el día uno y
pensando en cumplirla el primer año. Admitámoslo: eso es una
locura. Sí, hay gente que lo hace, pero mucha otra gente acaba lesionándose por
el camino y no lo reconoce. Lo peor, que algunas de esas lesiones acaban siendo
crónicas.
Fijarse objetivos es primordial para motivarse, pero tienen que ser
realistas. Un buen primer objetivo puede ser, por ejemplo, corre 30 minutos sin parar. El siguiente puede ser subir a una hora. Luego podemos empezar a pensar en ir un poco más rápido y hacer un 5K
en menos de 25 minutos. Y entonces sí, tal vez ,podríamos plantearnos terminar un medio maratón en nuestros 12-18 primeros meses corriendo. Sólo tras una
buena base de kilómetros deberíamos empezar a valorar prepararnos un
maratón. Así que, poco a poco.
3. Evita la caminadora
para correr
Mucha gente
empieza a correr porque está apuntada al gimnasio y tienen caminadoras. La banda
sin fin está bien para días de lluvia o para calentar previo a un entrenamiento
de fuerza con pesas. Fuera de ahí, la caminadora deberíamos
descartarla. Es una superficie dura y, a pesar de forzarnos a llevar un
ritmo constante, no permite que nuestra zancada sea todo lo natural que
debería, pudiendo derivar en molestias.
4. Invierte en
buen equipamiento
Empezar a correr es relativamente barato. Realmente
sólo se necesitan unas buenos tenis, unos calcetines y un conjunto pantalones y camiseta; pero si los zapatos son los
que mejor se adecuan a tus características y la ropa es de calidad, la
inversión suele merecerá la pena.
Si tu presupuesto es ajustado, los zapatos deberían ser la primera pieza a
considerar. Si eres mujer, también deberías invertir en un sujetador deportivo
de calidad. Después, deberíamos prestar atención a los calcetines, la
prenda más infravalorada del running. El resto
del atuendo tiene menos importancia, pero, a medida que vayamos subiendo el
tiempo de entrenamiento acabará siendo necesario que tenga cierta calidad para
evitar rozaduras y poder lidiar con el sudor que vamos acumulando.
5. Las primeras
semanas cuestan pero…
No te lo dirá mucha gente, pero las primeras
semanas son duras. Si partes del sedentarismo, tendrás agujetas, estarás
cansado casi todo el día y, además, te surgirán muchas dudas de si esto es para
ti. Seguramente tendrás dolores donde antes no tenías (acude al fisioterapeuta
si es fuerte), tendrás más sueño del normal y también más hambre. Hace que
te plantees si merece la pena todo el esfuerzo.
Lo bueno es que se progresa rápidamente y se puede ver fácilmente cómo cada
semana se aumenta el tiempo de carrera e incluso la velocidad y ritmo.
6. Caminar no
es tan malo
Si no has hecho
ejercicio en muchos años, vas a tener que caminar. Y no pasa nada si lo haces,
es normal. Lo que no se puede pretender es salir a correr el primer día y
querer hacerlo durante 45 minutos seguidos. Eso sí que no es normal
y estaremos forzando la máquina, pudiendo acabar lesionados. Correr lento
es primordial. Y si no puedes, porque realmente no puedes, párate
y camina, hazlo rápido para que no sea muy brusco el cambio y retoma la
marcha en unos minutos.
Por otra parte, la mayoría de planes para empezar a correr tienen en cuenta
estos parones y se basan en intercalar tramos de carrera con descansos
andando.
7. Búscate un
compañero de entrenamiento
Una de las
ventajas de salir a correr es que puedes hacerlo cuando quieras, sin tener que
reservar una pista o tener que quedar con otra gente. Pero buscarse un
compañero de entrenamiento es una buena manera de motivarse y marcarse
objetivos conjuntos.
Lo ideal es que los dos tengan un nivel similar para que ninguno se aburra,
pero si uno es ligeramente mejor que el otro, servirá para que el que está por
debajo se ponga a su altura. Cuando lleves un tiempo corriendo, si te
gusta la idea de entrenar en grupo, hay infinidad de grupos de entrenamiento.
8. Apunta tus
entrenamientos
Cuando lleves unos meses corriendo, no te acordarás
de lo que hiciste hace unas semanas. Llevar un diario de entrenamiento viene
bien para poner las cosas en perspectiva y ver cómo has progresado desde el
primer día. Motiva ver cómo hace unos meses no eras capaz de aguantar ni
siquiera 10 minutos seguidos, por ejemplo, y ayer hiciste 45 con cambios de
ritmo.
9. Conoce tu
sistema digestivo
Sobre este tema
tampoco se suele hablar, pero correr hace que necesites conocer cómo
funciona tu sistema digestivo: qué te sienta mal, cuánto tiempo antes del
entrenamiento tolera tu cuerpo que comas, si puedes salir a correr sin nada en
el estómago, etc. Experimenta hasta que sepas qué es lo que mejor te funciona.
De todos modos, lleva un paquete de pañuelos siempre contigo.
10. No sólo
corras
Un
entrenamiento no debería componerse exclusivamente de la parte en la que
corres, sino de todo un grupo de actividades que te lleven a tener
un cuerpo más fuerte y preparado para la carrera. Esto va ligado al
punto número uno, el de no lesionarse. Habrá que hacer ejercicios de
fortalecimiento en días de descanso o tras algún rodaje liviano, estira
ligeramente antes y después de cada salida y hazlo de manera más intensa en los
días que no corras, trabaja la técnica de carrera para aprender a correr mejor,
etc.
+1: Disfruta
Disfruta en
cada entrenamiento, en cada carrera, cada vez que estires. Busca la manera de
hacerlo y tendrás la fuerza necesaria para seguir, que al principio no siempre
se tiene. Es un camino largo, un proceso de mejora lento. ¡Saca lo mejor
de él!
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